Un grupo de arquitectos y dos constructoras con dos cosas en común: son taiwaneses y quieren ser sostenibles. Juntos han hecho posible un centro de convenciones ecológico en Taipei que será donado al Ayuntamiento para ser utillizado en la exposición Flora 2010. Se llama EcoArk y se compone de un millón y medio de botellas de plástico recicladas.
Far Eastern Group y Miniwiz Sustainaible Energy Developments son las dos empresas taiwanesas que unieron fuerzas en este innovador proyecto. El edificio de congresos tiene 130 metros de largo, 40 metros de ancho y 26 metros de alto, está diseñado para resistir tifones y terremotos, tendrá un coste de 4,22 millones de dólares e incluye un espacio para exposiciones, un anfiteatro y un museo.
La estructura está hecha de acero para ser más resistente y el revestimiento construído con las botellas recicladas es traslúcida, permitiendo la entrada de luz para ahorrar energía. Las botellas proceden de una cadena de residuos y han sido reprocesadas en forma de contenedores de plástico que se entrelazan con la suficiente fuerza para resistir a los elementos. Además, el edificio contará con una cortina de agua procedente de la lluvia que actuará como capa refrigerante.
Los constructores lo califican de primicia mundial y dicen buscar la promoción del reciclaje, algo que no es necesario en Taiwan donde el reciclaje es obligatorio. Después de la exposición para la que será donado el edificio, los paneles de plástico serán desmontados y remontados en otro lugar.
Hasta ahora, las botellas de plástico recicladas habían sido utilizadas para construir muebles, barcos, iglús, casas e incluso una isla flotante pero es la primera vez que se emplean en un gran edificio de este tipo.
Via: ecoperiodico
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