Arquitectos modernistas en Europa y en España


A caballo entre dos siglos (1890-1910), la arquitectura modernista representa la transición de la arquitectura decimonónica a la arquitectura del S. XX. Su denominación implica la idea de innovación, novedad y proyección de futuro. El precedente hay que buscarlo en Williams Morris y en la Red House (Casa Roja). Él fue el verdadero inspirador de los "Arts and Crafts", movimiento que se caracteriza por la revalorización del trabajo artesanal frente a la deshumanización de la producción industrial y que poco a poco irá derivando en el Modernismo, que intenta la renovación y mejora artesanal aplicándolo a la máquina.

El modernismo es un estilo estético típicamente urbano. Busca unas formas más refinadas que las ofrecidas por la producción industrial, compaginando funcionalidad y belleza en un intento de crear una ciudad agradable, elegante, moderna y alegre. Es una manifestación burguesa con un fuerte componente ornamental inspirado en la naturaleza, la flora y la fauna.

Rechazan los esquemas simétricos en pro de lo ondulado, que transmite vitalidad, fuerza, asimetría e irregularidad. Se intenta expresar un componente de optimismo, que corresponde al estado psicológico de la clase social. Adquiere gran importancia el diseño y el deseo de integración de todas las artes, lo que convierte a los edificios de arquitectura modernista en obras muy atractivas.

En cuanto a los planteamientos arquitectónicos se trata de utilizar los nuevos materiales hasta las últimas consecuencias, no sólo por su utilidad espacial sino también por sus posibilidades expresivas. En lugar de copiar las formas clásicas (columnas, frontones, etc.) se busca la inspiración en los procesos y las formas de la naturaleza. Esta admiración por la naturaleza no se limita a la decoración sino también a la planta y a la estructura del edificio, concebido como un organismo vivo coherente en todas sus partes.

Arquitectura Modernista en Europa

Se le ha denominado de diferentes formas según los países: Sezessionstil en Viena, Modern Style en Inglaterra, Liberty en Italia, Jugendstil en Alemania, Modernismo en España y Art Nouveau en Bélgica. De hecho, estas tendencias no son exactamente iguales en cada país a pesar de que coinciden en el tiempo y tienen una estética común.



Víctor Horta es el pionero en Bélgica y en toda Europa. La Casa Tassel en Bruselas es el monumento más representativo, supone una reinterpretación global de la visión espacial y un diálogo continuo entre la flexibilidad del hierro y la dureza de la piedra.

El hierro se muestra y añade expresión a la estructura. Los soportes metálicos se dejan vistos, así la espacialidad se hace más abierta, más fluida, lo ingrávido triunfa sobre lo compacto. Horta estaba muy interesado en el mundo vegetal, en la estructura de las plantas y en la lógica constructiva. Esto lo traslada a su decoración, pero nunca representando explícitamente el mundo natural, sino guiándose por alusiones, sugerencias y evocaciones. Como por ejemplo, la delgadez de sus fustes (tallos de las columnas), su posterior desarrollo (ramificación), sus incursiones por el techo y el descenso (enredadera) por la barandilla.

En Francia, Guimard es conocido por sus obras de metro de París, que buscan embellecer la ciudad industrial sin intervenir en la trama urbana.

Las entradas de metro surgen en un entorno sombrío como un chispazo de fantasía desbordante: armazones metálicos de formas orgánicas y ornamentación llena de contenido simbólico.

Arquitectura Modernista en España

En España, el Modernismo tuvo una fantástica expansión, sobre todo en Cataluña, ya que estaba abierto a las corrientes procedentes de Europa. La tendencia iniciada por Viollet-le-Duc de recuperación del pasado arquitectónico medieval fue seguida también en Cataluña y completada con aportaciones islámicas.



Los orígenes catalanes los encontramos en la nueva Escuela Provincial de Arquitectura, creada en 1871 y dirigida por el arquitecto Elies Rogent i Amat. Posteriormente, un gran número de arquitectos dejarán magníficos testimonios en edificios residenciales, institucionales, religiosos, sanitarios, educativos e industriales, utilizando materiales de construcción tradicionales como el ladrillo y otros nuevos como el hierro.

Doménech i Montaner (1849-1923) es clave en la definición del "Modernismo arquitectónico" en Cataluña, mostró la vía para que la arquitectura reflejara el carácter nacional catalán. Sus obras se caracterizan por una mezcla de racionalismo constructivo y una fabulosa ornamentación inspirada en la arquitectura hispano-árabe y en el dibujo curvilíneo, como podemos observar en el Palau de la Música Catalana, en el Hospital de Sant Pau o en el Institut Pere Mata de Reus.

Joseph Puig i Cadafalch (1867-1956), discípulo de Domènech I Montaner, construyó en 1901 la Maisson Macaya. La fachada está decorada con estuco blanco y esculturas en piedra y destaca la rica ornamentación del interior que todavía puede contemplarse en el vestíbulo y en el patio.

La Casa Amatller muestra las diferentes fuentes de inspiración del arquitecto, románico, gótico, siglo XVI, barroco y algunas influencias foráneas, como el coronamiento de la fachada que recuerda a las casas medievales de los Países Bajos. La fachada es una unidad que surge de la combinación del hierro, la piedra y la policromía con la austeridad del esgrafiado, amarillo y blanco, que repite un solo dibujo. En el interior, los suelos están revestidos de mosaicos de tipo romano y azulejo de mármol blanco y el techo, presenta vigas polícromas y estucos esgrafiados.


La máxima figura es sin duda, Antonio Gaudí. Sus primeras obras, en las que reinterpreta estilos artísticos del pasado como el gótico y el mudéjar, evolucionarán a otras más naturalistas llenas de libertad formal y decorativa. Su fuente de inspiración será siempre la naturaleza, de la que extrae las formas vivas y ondulantes. Funde lo nuevo y lo antiguo, lo original y lo tradicional, lo bello y lo útil, lo personal y lo colectivo, lo catalán y lo universal. El Palacio Episcopal de Astorga, la Casa de los Botines, la Casa Calvet, la Casa Batló, La Pedrera, El Parque Güell y la Sagrada Familia son una muestra de ello.

La Manzana de la Discordia, formada por la Casa Lleó-Morera, la Casa Amatller y la Casa Batló, en el Paseo de Gracia de Barcelona, es el ejemplo que mejor representa la fuerte personalidad y los rasgos propios de estos tres arquitectos dentro de la corriente modernista y de cómo el modernismo contribuyó a embellecer la ciudad.

Fuente: ArteEspaña

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy extenso e interesante blog.
Barcelona (Cataluña en general) y Melilla son las dos ciudades con mayor cantidad de edificios Modernistas de España.
Pocas expresiones artísticas son tan reconocibles en cualquier lugar como el Modernismo, aunque a veces está enmascarado con el Eclecticismo.
Personalmente, siempre que he visitado alguna ciudad, son éstos edificios los que más me han llamado la atención, los que más destacan y he disfrutado mucho viéndolos.
Un saludo

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